Autoconfianza y colaboración, una mezcla difícil pero exitosa

Al trabajar con personas con carreras exitosas, se repite que todos combinan su talento con un importante equilibrio entre la confianza en sí mismos y la colaboración. Sin importar el área en la que se desempeñan, se puede observar la seguridad en ellos mismos de varias formas:

  1. Viven de acuerdo a su visión siendo fieles a ella, a pesar de equivocarse, probar muchas veces sin los resultados esperados y tomar más tiempo del esperado para lograr lo que querían, se mantienen fieles al propósito que buscan.
  2. Se centran en los detalles. Consideran que son quienes mejor saben cómo llevar a cabo sus ideas y no se rinden hasta que cumplen sus grandes expectativas.
  3. Nivel de detalle con el que conocen la historia de sus áreas de trabajo es otro factor que magnifica la confianza en sí mismos y la capacidad de resolución. Además son personas que también desafían lo convencional: son enérgicos, buscan romper barreras, combatir la burocracia y cuestionar el orden establecido. Su profundo conocimiento de la historia aumenta su confianza para realizar estos cambios de paradigma.

No obstante, y a pesar que todos estos aspectos de la confianza en uno mismo son necesarios para alcanzar la grandeza, el efecto colectivo puede descontrolarse si no se somete a algún tipo de control. La seguridad en uno mismo necesita un contrapeso, que sería la colaboración.

El desafío es que la autoconfianza necesaria para avanzar con audacia muchas veces puede dificultar lo que hay que dejar para colaborar con otros con éxito. Esto se podría superar de dos maneras:

  • Rodearse de las personas adecuadas. El estándar es el talento, una capacidad espléndida de contribuir y aportar. Nadie se queda por favores o por los años que lleva en la empresa, sino que se mantienen por el talento demostrado.
  • Escuchar las ideas y las críticas. Esto no significa que vayan a cambiar su visión u opinión, sin embargo una colaboración exitosa significa que incluso los líderes más confiados se mantienen abiertos a escuchar y evaluar lo que otras personas de confianza tengan que decir. Se resisten a lo que puede representar la pérdida de una gran colaboración: el sesgo de confirmación, es decir, dar demasiado peso a opiniones que validen la opinión propia.

La excelencia requiere dos atributos que representan una difícil combinación: una gran autoconfianza y la voluntad de colaborar. Cuando un líder dispone de ambos, es cuando se haen realidad los grandes proyectos.

Fuente: Harvard Business Review

 

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