¿Cómo evitar los rumores en la oficina?

Hasta el 90% de las conversaciones pueden calificarse como rumores, lo que significa que probablemente uno mismo también contribuye a impulsarlos o crearlos, y escucharlos sin tampoco frenarlos. Es conveniente tomar medidas ya que pueden afectar el clima o a alguna persona en particular. Para hacerlo, es útil volver a los orígenes y entender que éstos son conversaciones informales y espontáneas sobre terceros que no se encuentran presentes; y también son informaciones o acontecimientos que no pueden confirmarse como ciertos.

Los rumores nacen desde la incertidumbre. Cuando las personas carecen de información, tienden a las suposiciones ya que la incertidumbre genera un vacío de conocimientos que debe llenarse con información, sea ésta real o no. El antídoto es la comunicación honesta y abierta con los trabajadores. ¿Cómo lograrlo? Algunas ideas a continuación.

Compartir proactivamente información clave. Un gran cambio dentro de una empresa, como la desvinculación de un gerente, puede convertirse en el punto de partida de especulaciones si no se comunica con claridad al equipo. Ya que la incertidumbre y la duda provocan un vacío de información, es importante completarlo rápidamente con hechos antes de que las sospechas se conviertan en «hechos».

Conseguir la primicia de los propios trabajadores. Al tomar una medida importante en una empresa, se sabe que generará revuelo, entonces para evitar especulaciones y rumores, es útil preguntar antes, durante y después del proceso la opinión del equipo:
– ¿Qué siente y opina la gente respecto a la decisión?
– ¿Se debería haber hecho algo distinto para que el cambio fuese más fluido?
– ¿Cómo estaba gestionando el equipo de liderazgo las secuelas del despido?
– ¿Había algo que quisiera saber la gente sobre la situación y que aún no supieran?

Al preguntar desde un principio, se transmite el mensaje a los trabajadores de que se valora su opinión y se les anima a involucrarse en los cambios. Esto impide que el negativismo inunde la empresa, incluso durante un momento difícil.

Mostrar impecabilidad y transparencia. Murmurar puede echar a perder la cohesión de equipo. Cuando la confianza se ve afectada, el rencor, la hostilidad y la desconfianza pueden convertir una cultura cooperativa en una disfuncional. Cuánto más se conocen las personas, disminuyen las posibilidades de calumniarse, entonces se sugiere animar a los trabajadores a conocerse como personas, no sólo como compañeros de trabajo.
Algunas maneras de fomentar el compañerismo pueden ser promover eventos en la empresa, incorporar técnicas creativas de “rompehielo” antes de las reuniones de equipo o hacer comidas donde todos participen.

Dar el ejemplo. Los trabajadores esperan que sus mánagers sirvan de ejemplo, transmitan y trabajen con los valores que defienden. La ética y empatía deberían ser los valores que dirigen la conducta. Comunica tus expectativas de forma coherente en documentos, conversaciones y acciones. De esta forma se pueden frenar los rumores al atenerse a los hechos (verificar lo dicho, hecho y ocurrido) y ser directo. Si alguien comienza con rumores, dile que no participará en ello, y si insiste, abandona la conversación.

Los rumores existen en las relaciones desde el origen de los tiempos, sin embargo, podemos atenuar su impacto evitando la falta de información, invitando a los trabajadores a compartir su opinión y actuar como ejemplo de una conducta respetuosa.

Fuente: Harvard Business Review

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