Todos tenemos la capacidad de alcanzar la felicidad, de hecho, tenemos mucho más poder del que creemos sobre nuestra felicidad. Un estudio a cargo de Sonja Lyubomirsky, profesora de psicología en la Universidad de California, ofrece evidencia científica que apoya esta idea.

En su estudio encontró que un 50% de nuestra felicidad es innata; algunos tienden a ser más felices que otros innatamente. Un 10% de la felicidad depende de las circunstancias (dinero, matrimonio, salud, etc), y un 40% depende de nosotros. Esto significa que todos podemos desarrollar habilidades para ser felices. La felicidad no es algo con lo que tropezamos fortuitamente, es una decisión que depende de nosotros. Esto implica un esfuerzo, ya que cultivar la felicidad es un proceso activo, sin embargo también significa que está al alcance de todos.

Un 40% puede parecer pequeño al lado del 50% de la felicidad innata, pero ciertamente es bastante mayor al 10% correspondiente a las circunstancias, las que muchas veces vemos como las culpables de nuestra falta de felicidad. Tú eres el dueño de ese 40% de felicidad y eso es un gran pedazo de felicidad.

Viéndolo desde otra perspectiva, todos nacemos con fortalezas y debilidades en cuanto a la genética. Si en mi familia hay historial de colesterol alto, no hay nada que pueda hacer para modificar la genética pero sí hay mucho que puedo hacer para disminuir el riesgo en mi salud (ir al médico, hacer deporte, cuidar mi alimentación, entre otros).  Lo mismo ocurre con la felicidad. La genética no es predestinación y hay mucho que puedes hacer para aumentar tu felicidad.

Si bien es cierto que la felicidad puede aumentar con algunas circunstancias (por ejemplo, me acabo de ganar el Loto), sin esfuerzo esto no se mantendrá ni provocará un cambio en el nivel de  felicidad a largo plazo. Recuerda que ser feliz depende de ti.

 

El artículo complete en www.huffingtonpost.com Happiness a choice we make

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